jueves, 23 de septiembre de 2010

No más bloqueos

Columna de opinión publicada en el trisemanario elQuetzalteco en su edición del jueves 23-09-2010
 
Actualidad


En este país, caracterizado por el irrespeto a la ley, es común que grupos de individuos limiten la libre locomoción para manifestar sus inconformidades o reclamar derechos que les son vulnerados. El problema es que no es mucho lo que logran, pero sí es grande el daño que hacen a la población que necesita trasladarse para poder ganarse la vida rectamente.
     Lo sardónico es que las empresas o funcionarios, a quienes se dirigen las demandas, son los menos afectados y probablemente a quienes menos les interese dar soluciones a la problemática. Tal es el caso de los últimos bloqueos que se llevaron a cabo en la carretera Interamericana, con el propósito de pronunciarse en contra de abusos que comete la Distribuidora de Energía de Occidente –Deocsa- con los consumidores de ese servicio básico. Es más que seguro que los miembros de esa empresa y los funcionarios públicos involucrados, no se vieron mínimamente afectados, como sí lo fueron miles de personas que diariamente utilizan esa vía de comunicación. Ello quiere decir que el derecho de petición y a manifestar debe ser más directo hacia quienes sean los responsables y no seguir afectando a toda la población con medidas de hecho. Pienso que las demandas en contra de esa empresa son válidas, por el mal servicio que presta y los abusos que comete con tarifas excesivas, lo cual es de conocimiento público.
     La lección que dejan esos últimos hechos es que el haber privatizado la distribución de la energía eléctrica no ha sido del todo beneficiosa para los consumidores, por la casi inexistente competencia en ese mercado, lo cual no quiere decir que en manos del gobierno estaría mejor.
     Sin embargo, es importante repensar cómo en el futuro podría mejorarse la calidad del servicio eléctrico para los usuarios con precios acordes a sus presupuestos. Un ejemplo que podría ser útil es el de las empresas municipales, como la de Quetzaltenango, que aún con el escaso apoyo de las autoridades ediles y sin haber alcanzado su máxima productividad, ha sido rentable manteniendo tarifas accesibles.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El mito de la Independencia*

*Columna de opinión publicada en el Trisemanario elQuetzalteco en su edición del 16-09-2010.

Actualidad
 
Nuevamente nos encontramos celebrando la Feria de la Independencia. El problema es que ovacionamos una feria de muy baja calidad, que realza una emancipación que no existe. Qué soberanos podemos ser si burócratas del Fondo Monetario Internacional dictan nuestra política económica; países europeos, a cambio de su ayuda financiera, deciden qué leyes deben crearse, o cuando un ente extranjero –Cicig- investiga delitos aquí cometidos.
     Dicha celebración se sigue llevando cada año sobre la base de una visión mediocre de los organizadores. Lo que menos se realza es la cultura, la ciencia y la tecnología. Estamos viviendo la era del conocimiento y nuestras autoridades municipales insisten en glorificar actividades folclóricas carentes de ingenio y creatividad.
     Se esfuerzan en hacer cada vez mayor culto al consumismo, muy lejos, por supuesto, de los hechos históricos y presentes que son de relevancia para que nuestra sociedad pueda lograr en el futuro un mayor crecimiento espiritual. Probablemente, esas festividades mejorarían si su montaje se delegara en personas que conocieran un poco más de la historia tanto nacional como universal y, obviamente, enteradas de lo que actualmente está sucediendo en el mundo. Ello definitivamente se vería reflejado en una serie de eventos que, además de servir de solaz y esparcimiento para los propios y visitantes, también los educaría acerca de los hechos que motivaron la fiesta, y no sobre leyendas o mitos, como se hace actualmente. Creo que así se contribuiría más a la cimentación y difusión de una cultura propia y no de un cúmulo de elementos transculturales que no dejan de invadirnos como resultado de la globalización.
     Posiblemente, nuestra peor tragedia es que nuestros dirigentes políticos insisten, una y otra vez, en seguir mirando el pasado y magnificar ciertos hechos que pudieron ser relevantes en su momento, así como, supuestas glorias pasadas, en lugar de enfocarse en lo que sucede actualmente y ver más hacia el futuro, que es hacia donde nuestro país y todos sus habitantes se dirigen.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Entre lluvias y candidatos

Columha de opinión publicada en el Trisemanario elQuetzalteco en su ediciòn del 09-09-2010.

Actualidad


Por giorgiolemus@hotmail.com

Es indudable que para los quetzaltecos, la inseguridad y las inundaciones son los problemas que más aquejan. Cada día se vuelve más complicado y arriesgado salir a las calles de la ciudad sin la certeza de regresar salvos a casa.

A nivel nacional, las lluvias nos están afectando a todos, especialmente por los derrumbes, salida de cauce de los ríos y colapso de puentes. Una gran parte de la responsabilidad la tienen los diferentes gobiernos que hemos padecido, por la contratación de empresas que han ejecutado obras de muy mala calidad. Sólo en países como éste las obras de infraestructura salen carísimas y para corta duración. Definitivamente, hay mucha corrupción de por medio, porque no es posible que no hayan empresas capaces de hacer bien las cosas. Lo peor de todo es que, como contribuyentes, seguimos financiando “gasto” y no inversión que periódicamente nos haga salir del atraso y estancamiento. Ello va a ser imposible mientras adolezcamos de la actual clase política caracterizada por su falta de visión, ineptitud, corrupción y egoísmo. En los actuales escenarios del siglo XXI, es una vergüenza que en nuestro país ninguna agrupación política pase la prueba para constituirse en lo social, político y económico en un verdadero partido político. Se llaman partidos políticos, solo porque cumplen con ciertos requisitos legales, pero, de allí no pasan.

Me ha llamado la atención que en el ámbito local de Xela -donde se supone que hay más gente preparada-, se estén mencionando nombres de posibles candidatos para alcalde y en lugar de ver si cuentan o no con un equipo o propuesta de trabajo, se piensa únicamente en la persona individual cuando demostrado está que eso no es funcional. Tenemos el ejemplo del actual alcalde de Xela, quien podrá tener buenos deseos e ideas para resolver los problemas, pero está rodeado de un equipo de trabajo desconocido para la población y con bajo perfil, pues no puede avanzar significativamente. Ojalá, quienes pretendan la alcaldía de Xela, antes de lanzarse como candidatos, integren un buen equipo y propuesta de trabajo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

¿SIGNIFICAN LO MISMO EPISTEMOLOGÍA Y GNOSEOLOGÍA?

Ensayo publicado en la Revista Actualidad No. 10 de octubre 2006 del Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales -DIES- del Centro Universitario de Occidente -CUNOC-

PUNTOS DE INTERÉS


El presente trabajo, es un pequeño ensayo con el que se pretende contribuir en la comprensión de lo que es la epistemología y la gnoseología, frecuentemente utilizadas como sinónimos. Además, de abordar sus diferencias se les ubica dentro del campo de la filosofía, con las otras disciplinas que aún conserva esta ciencia como la ontología y la lógica. Solamente, se abordan aspectos generales para inquietar al lector.

Frecuentemente, cuando se trata el “problema del conocimiento” se piensa que es una tarea de la gnoseología, mientras que, para otros es una tarea de la epistemología. Parece, que hay cierta confusión en el manejo de estos términos ya que se utilizan como sinónimos, aunque tienen sus diferencias.


Antes de explicar en qué se diferencia la gnoseología de la epistemología, veamos donde se ubican dentro del campo de la filosofía.

Filosofía:

Durante la época de Herodoto, Tucídides y los presocráticos, filosofía significó “amor” (philo) a la “sabiduría” (sophia). Eso, es lo que significa para todos dicho término en su estructura verbal. De esa manera, un filósofo era aquel amante de la sabiduría. Ese significado, es el que tuvo la filosofía por algún tiempo.

Posteriormente, durante la época de la autentica cultura griega, el concepto de filosofía adquiere un nuevo significado y deja de entenderse como el simple afán o amor a la sabiduría. La filosofía, pasa a entenderse como la “sabiduría misma”.

Esa nueva forma de entender a la filosofía, trae consigo un problema: ¿qué es el saber filosófico? ¿Es el que todos tenemos, sin haber aprendido ni reflexionado sobre algo? O ¿es el que se obtiene cuando se busca? Hay entonces, un saber aprendido sin reflexionar, el saber que se busca y el saber que no se busca.

Eso, quiere decir que hay diferencia entre el saber que responde a una simple opinión y el que deriva del conocimiento fundado racionalmente.

Con esa distinción entre el conocimiento bien fundado y la opinión, comienza Platón su filosofía. Él, distingue a lo que llama “doxa” o saber que se tiene sin haberlo buscado y la ciencia que llama “episteme” o saber que se ha buscado. Es así, que la filosofía ya no significa amor a la sabiduría ni saber en general o cualquier saber, sino ese saber especial que se tiene o se adquiere después de haberlo buscado “metódicamente” es decir, a través de un método. Quiere decir entonces, que de acuerdo a Platón, el verdadero saber filosófico sólo se puede adquirir siguiendo determinado camino y aplicando determinados ejercicios mentales de averiguación. A eso fue a lo que Platón llamó “dialéctica” y para él este es el método de la filosofía.

Para Platón, la dialéctica consiste en suponer que lo que se quiere conocer es “tal cosa o tal otra”, o sea, anticipar el saber que se busca, pero inmediatamente negar y discutir esa tesis o afirmación que se ha hecho en discusión.

Dialéctica, es entonces, ese método de auto discusión o dialogo consigo mismo. “Y así, suponiendo que las cosas son esto o lo otro y luego discutiendo esa suposición, para substituirla por otra mejor, acabamos poco a poco por llegar al conocimiento que resiste a todas las críticas y a todas las discusiones dialogadas, o dialéctica, entonces tenemos el saber filosófico, la sabiduría auténtica, la “episteme”, como la llama Platón, la ciencia.”(1)

Es así, que para Platón la filosofía adquiere el sentido del saber racional, reflexivo o aquel que se obtiene mediante el método dialéctico.

Posteriormente, Aristóteles, discípulo de Platón y siguiendo su línea metódica, hace que avancen significativamente los conocimientos reflexivos. Para él, la filosofía designa la totalidad de conocimientos humanos, es decir, todas las cosas que el ser humano conoce y el conocimiento de esas cosas.

Durante la edad media, la filosofía se sigue entendiendo en el mismo sentido de Aristóteles, aunque, surge una disciplina aparte que se encarga de los conocimientos acerca de Dios, separados del resto de conocimientos.

Esa disciplina es lo que se conoce como teología. Ese hecho, significó que el saber humano durante esa época se dividiera en dos vertientes: la filosofía y la teología. La primera, responsable de los conocimientos acerca de las cosas de la naturaleza y la segunda, de los conocimientos acerca de Dios. La filosofía, designa así todos los conocimientos humanos, excepto los de Dios.

En la era moderna, especialmente a partir del siglo XVII, aquel inmenso campo de la filosofía empezó a desmembrarse con la salida de su seno de lo que serían mas adelante las ciencias naturales. Dichas ciencias, constituyen su propio objeto de estudio, sus propios métodos, sus propios progresos, así como, sus propios sujetos especializados. En esa época, encontramos todavía personajes como Renato Descartes y Gotfried Wilhelm Leibniz que eran al mismo tiempo filósofos, matemáticos y físicos. Eran lo que todavía se conocía como espíritus enciclopédicos o filósofos en el sentido aristotélico, es decir, personajes que abarcaban todo el conocimiento alcanzado hasta ese momento. Sin embargo, en el siglo XVIII, esos espíritus humanos capaces de abarcar todo el saber ya se habían terminado, por lo que la filosofía empieza a no designar desde ya la totalidad de conocimientos, porque había empezado el desgajamiento de algunas ciencias como las matemáticas, física, química, astronomía, entre otras. Posteriormente, sucedió lo mismo con otras disciplinas conocidas ahora como social humanísticas, tales como la economía, el derecho, sociología, etc.

La filosofía pasa a ser entonces, la ciencia de los objetos desde el punto de vista de la totalidad o universal, mientras que, las ciencias particulares, son los sectores parciales o derivados del ser.

Después de todo ese desmembramiento, prácticamente se han reducido las tareas de la filosofía, concretándose a dos esenciales: la ontología y la teoría del conocimiento. Comprende todavía otras disciplinas como la lógica, la estética, la ética y la filosofía de la religión por ejemplo.

La ontología, como una de las partes que le han quedado a la filosofía, significa tratado o teoría del ser. Uno de sus propósitos, es responder ¿qué es el ser?, por lo que es una teoría filosófica acerca de la reflexión sobre el ser en general y del ser como tal. También, se le entiende como una teoría de los objetos conocidos y cognoscibles.

Por otra parte, se tiene la teoría del conocimiento más conocida como gnoseología o epistemología, cuya finalidad es el estudio del conocimiento de los objetos.

Es así que en filosofía se distingue entre el estudio del objeto o el ser (lo ontológico) y el conocimiento de él (lo gnoseológico o epistemológico).

Ahora bien, aunque se usan comúnmente como sinónimos ¿significan lo mismo gnoseología que epistemología o tienen sus diferencias? Aclarémoslo.

Gnoseología y epistemología:

Tanto gnoseología como epistemología, significan teoría o tratado del conocimiento y ambas tratan sobre el problema del conocimiento. Pero mientras la gnoseología “lo hace desde la perspectiva de los grandes sistemas filosóficos (Platón, Kant, Hegel por ejemplo) y de la crítica filosófica en relación a ellos (el caso de los empiristas ingleses del siglo XVII), la epistemología lo hace desde la perspectiva de la ciencia.”(2)

Desde el punto de vista gnoseológico, el proceso de conocimiento debe comprenderse en la relación que existe entre sujeto-objeto y su resultado que es el conocimiento mismo. El sujeto, ente cognoscente, es decir, el ser humano; el objeto de conocimiento, es el universo, es decir, la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. Por lo que en términos generales, la gnoseología establece para el proceso cognoscitivo, los siguientes elementos:

El sujeto cognoscente,

El objeto del conocimiento.

La relación de conocimiento entre el sujeto y el objeto,

Los conceptos y categorías,

El medio ambiente en que se da el conocimiento y situación socio histórica en que se produce.

El conocimiento es por lo tanto, una interrelación dinámica entre sujeto-objeto mediada por los conceptos y categorías, y por supuesto inmerso dentro de un medio ambiente y un contexto socio histórico.

La gnoseología, aborda el problema del conocimiento a través de los siguientes aspectos centrales:(3)

La teoría general del conocimiento, que intenta despejar incógnitas como: ¿es posible el conocimiento? ¿Sí? ¿No? ¿Hasta qué punto?; ¿Cuál es la fuente del conocimiento? ¿la Razón? ¿la experiencia? ¿ambas?; ¿Cuál es la esencia del conocimiento? ¿Cuál es el origen de las categorías? ¿Sujeto? ¿Objeto? ¿Una relación entre ambas?; ¿Cuáles son las especies de conocimiento? ¿La razón lógica? ¿La intuición?

La teoría especial de las categorías, que procura dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la naturaleza de la verdad? ¿Cuál es su criterio? ¿Qué son las categorías? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo se originan? ¿Son inmutables, universales y necesarias como lo quiere el racionalismo o por el contrario, son particulares, mutables y contingentes al modo del empirismo?

Por el otro lado, está la epistemología que centra su atención en “la reflexión crítica de la construcción de las teorías científicas específicamente, analizando su estructura, su naturaleza interna, sus principios generales y, cosa muy importante, la relación de estas teorías con los hechos y fenómenos que pretenden describir, explicar o predecir. También trata de establecer los criterios lógicos que se emplearán para aceptar como verdadera o falsa una Teoría.”(4)

Se puede decir entonces, que la epistemología trata sobre el proceso de construcción del conocimiento específicamente científico, de la validez de las categorías y conceptos, y la correspondencia con la realidad. Es así que esta teoría o filosofía de la ciencia tiene como tareas las siguientes:

determinar la naturaleza de los conceptos científicos,

investigar la forma y la naturaleza de las teorías científicas,

analizar el método científico,

determinar los tipos de explicaciones,

diferenciar los tipos de razonamientos,

analizar los conceptos de la realidad y de la verdad y su relación con la ciencia,

discutir el problema del desarrollo científico,

reflexionar sobre el rol práctico, social y político de la ciencia,

realizar una reflexión crítica confrontando distintas posiciones acerca de la lógica de la construcción de las teorías, de su naturaleza, de sus principios generales, de las relaciones entre estos y los hechos o fenómenos que intenta describir,

explicar si es posible predecir,

establecer los criterios para aceptar como verdadera o falsa una teoría.

Como se indicó supra, tanto la epistemología como la gnoseología tratan el problema del conocimiento, que no es más que la interrelación que se establece entre el sujeto cognoscente y el objeto por conocer. Esa interrelación, constituye un proceso, pues implica fases o etapas y se sustenta en que nunca se deja de conocer.

Aunque ambas tratan de lo mismo, resulta importante hacer una diferenciación. En el caso de la gnoseología, aborda el problema del conocimiento a través de los dos aspectos centrales ya indicados:

La Teoría General del Conocimiento y la teoría especial de las categorías, es decir, tiene por objeto el conocimiento en general.

Mientras que, la epistemología aborda el problema del conocimiento desde el punto de vista científico, es decir, que tiene por objeto la ciencia.

La gnoseología, trata sobre el problema del conocimiento en general, cualquier tipo de conocimientos sea o no científico, y la epistemología, únicamente el conocimiento científico, aquel que se ha obtenido sobre la base de métodos.

Es así, que la epistemología trata únicamente el problema del conocimiento científico. Dicho conocimiento, surge del conocimiento de sentido común, como un perfeccionamiento, ampliación y profundización del mismo.

Por esa razón, el conocimiento científico se haya ligado a otro tipo de conocimientos, desde científicos, ideológicos hasta míticos o mágicos. Eso, hace que durante su construcción se incorporen categorías o estructuras que no son parte del conocimiento científico, sino del conocimiento en general. Tal situación, determina que sean tareas de la epistemología como ciencia del conocimiento, establecer leyes que rigen el proceso de construcción de la ciencia, evitar que se altere por la incorporación de conocimientos comunes o precientíficos, estar pendiente que los conceptos o categorías que se establecen para enunciar una teoría científica, sean respaldados por evidencia empírica, así como, demostrar su validez y objetividad.

Etimológicamente, epistemología y gnoseología significan lo mismo, pero, tienen diferencias de contenido y aplicación que todo investigador debe conocer. De esa manera, sabrá con mayor precisión cuándo está frente a un proceso de construcción de conocimiento común y cuándo ante uno de conocimiento científico o ciencia.

¿En que se diferencia el conocimiento común del conocimiento científico?

El conocimiento común es subjetivo, pues depende de la experiencia individual, aunque se tratare de una experiencia común, no sentida igual por todos los humanos. Se basa en emociones y reacciones propiciadas por la vida misma, y casi no existe la actitud crítica.


Ese tipo de conocimiento, solamente responde al ¿cómo?, no así al ¿por qué?, de las cosas o fenómenos. Es práctico, porque su finalidad es práctica, o sea, que se concretiza a conocer las cosas para poder operar con ellas, por ejemplo: aprender a manejar un vehiculo. Es inexacto, porque no le interesa precisar los conocimientos sobre las cosas, únicamente en sus aspectos generales, por ejemplo: hablar de la perdida de poder de compra del dinero sin profundizar en lo que es la depreciación o devaluación. El lenguaje que utiliza es el común, por lo que es poco preciso o ambiguo y no explica. Es válido solo para algunos porque depende de lo que cada quien haya vivido y experimentado. Se basa en la fe y la confianza porque no necesita ser demostrado. Se adquiere al azar, porque no se busca metódicamente.


Por otro lado, está el conocimiento científico como forma superior y especial del conocimiento. Es científico, porque quien lo produce no es cualquier persona, es un investigador, a quien además de interesarle los efectos que producen los fenómenos, le interesa también conocer las causas para explicar racionalmente su comportamiento y estructura. Eso, determina que el conocimiento científico sea objetivo, porque comprueba en el experimento o praxis social las síntesis a las que arriba. Responde al ¿cómo? y el ¿por qué?, le interesa conocer la causa y efecto, es tan práctico como teórico. Tiene precisión y claridad, porque explica los fenómenos tanto en sus aspectos generales como particulares. Emplea un lenguaje especializado, porque está fundamentado en las leyes de la lógica y en conceptos y categorías. Es universal, porque tiene validez para todos. Se puede demostrar, porque deriva de la investigación de hechos reales y concretos. Se adquiere siguiendo reglas, procedimientos y principios, por lo que es metódico, lo que significa también que no se obtiene al azar sino que es buscado concientemente. Es predictible, porque es preciso e imparcial.

Son claras entonces, las diferencias entre el conocimiento común y el conocimiento científico. Es importante tenerlas presentes, para entender mejor cual es el campo de la gnoseología y la epistemología, y por lo tanto el proceso de construcción de la ciencia como la forma en que se acuerpa el conocimiento científico.

CITAS BIBLIOGRÁFICAS:

(1) GARCÍA MORENTE, MANUEL. LECCIONES PRELIMINARES DE FILOSOFÍA. Editores Mexicanos Unidos; 8ª. Ed. México 1985, Pág.. 13.

(2) Vásquez, Héctor. SOBRE LA EPISTEMOLOGÍA Y LA METODOLOGÍA DE LA CIENCIA SOCIAL. Universidad Autónoma de Puebla, 1ª. Ed. México 1984, Pág.. 11.

(3) Vásquez, Héctor. Ibid. Pag. 13-14.

(4) GARCÍA AVILES, ALFREDO. Introducción a la Metodología de la Investigación Científica. Editores Plaza y Valdez, 2ª. Ed. México 1997. Pág.. 40.

jueves, 2 de septiembre de 2010

SOBRE LA VIGENCIA DEL DIEZMO*

*Ensayo publicado en la Revista de Ciencias Económicas del CUNOC en noviembre de 2006.


Algunas personas cristianas y no cristianas, en diferentes ocasiones me han preguntado qué pienso sobre el “diezmo” y la acción de diezmar como lo exigen diferentes organizaciones religiosas. Probablemente, sea un teólogo el más indicado para responder esa cuestión, por ser más versado en los asuntos de Dios, o talvez, un especialista en sociología de la religión, que está más empapado en ese tipo de hechos sociales o formas de representación producidas por los actores que son formas religiosas. Sin embargo, con la presunción de poseer algunos conocimientos relativos al tema, creo que puedo exponer algunas ideas o razonamientos para contribuir en algo a responder algunas preguntas tales como: ¿Qué es el diezmo? ¿Está vigente o no? ¿Es obligatorio o voluntario?



Lo cierto, es que el diezmo es muy apreciado por muchos dirigentes religiosos, especialmente protestantes. Como no habría de ser apreciado, si al coaccionar espiritualmente a los feligreses para que entreguen al 10% de sus ingresos, con ello han podido construir fuerzas muy poderosas, especialmente, de carácter financiero Y bursátil. Para ejemplo, basta ver el tipo de construcciones que han hecho conocidas iglesias del país y del exterior, el acelerado ascenso de status económico de los pastores y la inversión en medios de comunicación que los ha puesto al día en el mundo de la globalización.


Parte de la estrategia espiritual para “persuadir” a los devotos a pagar o entregar el diezmo consiste en afirmar que al no hacerlo “se roba a Dios” y por lo tanto serán objeto de maldiciones. Se afirma que debe enseñarse a diezmar para que la gente no robe ignorantemente a Dios y se prive de sus bendiciones. No enseñar a diezmar, permite libre acceso al escarnecedor (Satanás) y las cosas irán por el camino del mal y las personas luego se preguntarán por qué no son bendecidas. Solamente, volviendo a Dios con los respectivos diezmos, Él se volverá de nuevo con sus bendiciones como ha prometido. Prácticamente, no diezmar es un delito de “lesa espiritual” que cierra las puertas para ir a Dios y al cielo, o para darle entrada al maligno.


¿QUÉ ES EL DIEZMO?


En la actualidad es común, especialmente, en la iglesia cristiana protestante afirmar que el diezmo es la puerta que conducirá al creyente hacia el pacto de bendición. Se le considera una ley espiritual tan efectiva como las leyes naturales que permite al creyente recibir buena medida. Se considera que todavía está vigente a pesar del paso del tiempo y que fue establecido en el Antiguo Testamento.


¿De dónde viene ese concepto? Diezmo, proviene de la palabra hebrea “masrah” que significa décima parte. Del griego “apodekatoo” que también significa décima parte. Ambos términos, griego y hebreo, significan el pago o dádiva de una décima parte o porción.


¿Cuál ha sido su propósito? De acuerdo a esa misma corriente cristiana, cuando se da el diezmo a Dios, Él actúa colmando de bendiciones a esos dadores. Como Dios es el creador de todo lo que hay, incluyendo las riquezas, las personas son simplemente administradoras de sus bienes y el propósito es que su corazón no se concentre nunca en las cosas sino en Él como dador universal.


Para otros, el propósito del diezmo es mantener las organizaciones parasitas de las iglesias, especialmente, pastores y otras personas que han hecho de la religión y la iglesia protestante una industria financiera y económicamente rentable, situación que les ha permitido posicionarse mejor que otras iglesias como la Católica, que día a día pierde adeptos. De acuerdo a la legislación tributaria, el diezmo también es una forma de eludir el pago de impuestos ya que se puede deducir de la renta de las personas individuales o morales.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL DIEZMO?

La corriente que está a favor de que la feligresía cristiana diezme, se puede dividir en dos categorías: Quienes afirman que el diezmo se encuentra vigente todavía bajo la normativa mosaica, y los que dicen que el diezmo es premosaico y que es parte de un pacto abrahámico. ¿Tiene eso bases bíblicas? Veámoslo en el ámbito pre-mosaico.


Se encuentran diversos tipos de ofrendas en Génesis 4:3-5: “3Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.” Este pasaje bíblico no da indicios respecto a la cantidad ofrecida, por lo que no se tiene lo que sería un diezmo bíblico sino dos ofrendas, una que fue aceptada y otra que no lo fue. La ofrenda, es una dádiva que se entrega como una muestra de gratitud o amor.


Vayamos ahora a la época de Abram para encontrar indicios de lo que es el diezmo. Veamos lo relativo a su ofrenda al rey de Salem, Melquisedec que se menciona en el Capitulo 14: 17-20: “17Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 18Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. 21Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. 22Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; 24excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte.”


La victoria de Abram, fue sobre ejércitos que previo a saquear Sodoma y Gomorra, habían saqueado otras ciudades. Como resultado de la victoria, se entiende que Abram obtuvo cuantioso botín en riquezas y personas, pero no eran de él sino de los reinos y monarcas que habían sido saqueados. Tampoco, se guardó algo de ese botín. Abram entregó un décimo de lo obtenido en guerra al rey Melquisedec. Podría entenderse que Abram se quedó con el restante 90%, pero no, lo entregó casi todo, ya que solo tomó una parte para dar de comer a su ejercito y la parte que guardó para los tres varones, lo cual se indica en Gen. 14: 21-24. Se entiende así que Abram en lugar de quedarse con todos los bienes, lo devolvió casi todo.


Debe resaltarse, que si bien es cierto que Abram dio diezmo de todo lo que obtuvo, no hay evidencia de que lo hiciera otras veces, tampoco, sobre la existencia de alguna ordenanza en cualquier parte de la Biblia que dé el derecho a persona alguna, de arrogarse una posición como la del rey Melquisedec para obtener diezmos. No hay antecedente de que diezmar fuera una obligación, porque Abram lo hizo voluntariamente, ni tradición, que evidencie que era algo frecuente o instituido. Además, nada indica que Abram diezmara sobre sus bienes personales o que lo hiciera en otras ocasiones nuevamente. Abram, no fue entonces un diezmador, por lo que no se puede tomar como un ejemplo para afirmar en la actualidad que los creyentes cristianos tienen que diezmar obligatoriamente. Se puede buscar en la Biblia y seguro no se encontrará, algo que indique que Dios quiera una décima parte de todo lo que uno posee.


Tomar como referente histórico el diezmo de Abram, implicaría algo así como regresar también a los sacrificios de animales para ofrecerlos en holocausto a Dios, o personas, como casi sucedió con Isaac.


Se puede encontrar otro ejemplo sobre reparto de botín de guerra en Números, Capitulo 31. Lo que aquí se relata es similar y consistente como lo que Abram hizo con el rey Melquisedec. La diferencia es que en esta ocasión, además de animales y riquezas, el botín incluía personas de las cuales una buena parte tuvo que ser sacrificada. A diferencia del relato de Abram, en la actualidad los apologetas del diezmo no toman esta referencia, porque aquí se evidencia que además del décimo se hicieron repartos del 1% y 2% como se le ordenó a Moisés, lo cual significa que diezmo desde ese entonces no es una ley de Jehová.


Si nos volcamos al momento en que se ratifica el pacto de Jehová y Abram, mismo que aparece en Génesis 15:17-21: “17Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.”, tampoco encontramos el tema del diezmo como un deber.


Echémosle un vistazo a Jacob, padre de las doce tribus de Israel. Veamos Génesis 28: 18-22: “18Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. 19Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero. 20E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” No hay evidencia de Abraham enseñara a Isaac a diezmar y éste a Jacob. En este capitulo de Génesis, especialmente en los versos 21 y 22, se puede entender que Jacob apartaría diezmo siempre y cuando Dios le permitiera volver en paz a casa de su padre y de todo lo que Él le diera, es decir, que estaba condicionando darlo y no como algo que debe cumplirse como una ordenanza o ley vigente. Hay muchos ejemplos de la vida de Jacob, pero no sobre diezmar. Tampoco, hay nada escrito que indique que Dios le ordenara diezmar a él y su descendencia ni que lo hayan hecho.


El lector, también puede dar una leída a la vida de José hijo de Jacob, especialmente desde que interpretó el sueño de Faraón y administró las riquezas de Egipto –Génesis Cap. 41-47- hasta que puso por ley entregar a Faraón 20% de los frutos de la tierra y el restante 80% para la población. Con el poder que ejerció José, tuvo la oportunidad de establecer el diezmo como una ley en todo Egipto y no lo hizo porque Dios no se lo requirió.


Con estas citas bíblicas, se evidencia que con anterioridad a Moisés, el diezmo no fue instituido como una norma jurídica, por lo que, no hay antecedentes que puedan argumentarse en la actualidad considerando al mismo de una época pre-mosaica.






Hay quienes, sostienen que el diezmo es una ley mosaica. Si eso fuera así, entonces significaría que los cristianos deberían cumplir las demás leyes mosaicas dictadas para el pueblo judío, ya que las mismas constituían un paquete completo. Incumplir la ley en uno de sus puntos, significaba ser culpable de toda. Aceptar o querer imponer el diezmo como un precepto jurídico mosaico, querría decir que deben cumplirse entre otras leyes las siguientes: matar al que no guarde el séptimo día o día de reposo –Éxodo 31: 14; matar al que maldiga a su padre o madre –Éxodo 21:17-; matar al que ofreciere sacrificio a otros dioses excepto a Jehová –Éxodo 22:20-; apedrear y matar al hijo contumaz y rebelde –Deuteronomio 21:18-21-; no comer animales inmundos como el cerdo –Levítico Cap. 11-; la ley del Talión.


El diezmo por lo tanto, fue un deber para el pueblo judío, pero, ya no lo es para los cristianos. Decir lo contrario, es tratar de confundir o mezclar el pacto de Moisés con el nuevo pacto con Jesucristo.

¿CUÁL ES LA NATURALEZA DEL DIEZMO?

Responder esta pregunta, equivale nuevamente a preguntarse: ¿qué es el diezmo? Tomando como base la Biblia, se puede decir lo siguiente:

1. El diezmo o décimo, no se refiere a una expresión monetaria o de dinero, sino a valores en especie como comida, frutos y animales, como dice por ejemplo Génesis 4:3-5, Levítico 14:22-23 y 27:30-32. Aunque, en Levítico 27:31 se indica: 31Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello.” Eso, implicaba que podía expresarse también en dinero, pero, con 20% adicional. Lo más que obvio de la ordenanza de Dios y que puede leerse varias veces en el texto bíblico, es que las primicias, ofrendas y diezmos se refieren fundamentalmente a cosechas y animales, es decir, un enfoque agropecuario. Claro está, que el cristiano de hoy no tiene la obligación ante Dios de entregar el 10% de sus ingresos monetarios. Quien desee o se sienta obligado a entregarlo y para dar cumplimiento a la ley, debería hacerlo en especie, es decir, entregar a su iglesia el décimo de sus granos, hortalizas, gallinas o vacas por ejemplo, a ver que expresiones observa en los receptores al no ver sobres con billetes o cheques. No debe olvidarse, que el diezmo fue una ley para los judíos, como aparece en el Antiguo Testamento, lo cual significa que ningún cristiano está obligado a darlo ni en especie ni en dinero. Quien desee hacerlo, lo hará de acuerdo a su voluntad


2. El diezmo, se instituyó para los levitas, a quienes se les delegó el cuidado del Tabernáculo y no tuvieron heredad como las otras tribus de Israel. También, sirvió para huérfanos, viudas y extranjeros que vivían en dichas tribus. Ver Números 18:21-32 y Deuteronomio 14:27-29. En la actualidad, el cuidado de los templos está a cargo de personas que sería muy difícil saber si tienen algún nexo genealógico con los levitas y si están facultados para exigir el diezmo. Por ejemplo, los Rabinos judíos que conocen probablemente mucho mejor la ley mosaica que muchos pastores, no exigen el diezmo, porque saben perfectamente que era exclusivamente para los levitas. No hay ninguna base bíblica para que sacerdotes, curas o pastores de hoy, se arroguen el derecho de exigir a los fieles el diezmo, y menos en dinero, algo que Dios nunca solicitó.


Si nos vamos al Nuevo Testamento, podemos evidenciar que ni Jesús ni alguno de los Apóstoles pidió o dio instrucciones para entregar el diezmo. Tampoco, fueron diezmadores. No hubo tal exigencia ni de cosechas, ni de animales y menos aun de los ingresos monetarios. Eso sí, la sola vida de Jesucristo es un verdadero ejemplo de lo que es dar.


En el Nuevo Testamento, sí se menciona el diezmo cuando Jesús se refiere al los fariseos de la siguiente manera en Mateo 23:23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.”; en Lucas 11:42 “Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios.”; Lucas 11:11-12 “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.”


Puede notarse que Jesús no habló bien de los escribas y fariseos que daban el diezmo, sino los trató de hipócritas.


Otras menciones del diezmo, se encuentran en la Carta a los Hebreos 7:1-10, que se refiere a la única vez que Abram da diezmos del botín de guerra al rey de Salem: 1Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. 4Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.”

¿SE DEBE, DIEZMAR O NO?

Debe quedar claro como se dijo supra, que el diezmo fue una obligación para el pueblo judío establecida por las leyes de Moisés y cuyo propósito fundamental, fue sostener a los Levitas carentes de heredad y además, ayudar a las viudas, huérfanos y extranjeros. Por otra parte, el mismo se obtenía al tomar el décimo de las cosechas y animales, no de ingresos o de salarios monetarios. Como tal, era una figura del antiguo pacto. Eso significa, que para los cristianos que viven bajo el nuevo pacto con Jesucristo, el diezmo no constituye ninguna obligación, ni en especie y menos aún el 10% de los salarios o ingresos brutos de los creyentes. Por lo tanto, el no diezmar no implica alguna ofensa a Dios o estarle robando. Tampoco, significa que el no hacerlo traerá como consecuencias maldiciones o dar acceso a Satanás y sus demonios.


Creo que quien se considere cristiano, para salir de esa ignorancia, tiene como única alternativa leer, estudiar y reflexionar el texto bíblico, así como otras fuentes complementarias del mismo. Eso le permitirá filtrar todo aquello que escucha en las iglesias u otro tipo de congregaciones y no tenga el respaldo correspondiente en la Biblia. Podrá saber con más precisión cuando el cura, pastor o cualquier predicador dice la verdad o miente.


Si se debe o no diezmar, eso queda en la voluntad de cada quien. Así como, no hay nada que obligue a diezmar, tampoco, hay ordenanza alguna que impida hacerlo. Cada quien, es libre y está en su derecho ofrendar el 10% o más de sus ingresos si así lo desea.


Talvez, el más interesado en este tema debiera ser el Estado, porque son rentas que pueden estar afectas a determinados tributos.

En ningún momento, esta exposición ha tenido el propósito de explicar si diezmar es bueno o no lo es. Esa parte la debe discernir cada quien, de acuerdo a la magnitud de su fe e identificación con su congregación y dirigencia.


Sí es un propósito, abrir los ojos y el pensamiento a aquellos que practican la fe cristiana y que en alguno o varios momentos de su vida han sido objeto de hostigamiento en sus congregaciones a causa de la “obligación de entregar a Dios lo que es de Él y de no robarle”. También, dejar evidencia como el asunto del cristianismo, especialmente, el protestante se ha convertido en un negocio capitalista como cualquiera, pero a base de este tipo de exacciones que muchos aunque no lo digan, consideran indebidas e injustas.


Un propósito marginal, quizás sea dejar la inquietud para que se profundice a través de estudios más sobre este hecho social, y conocer cuál es la su verdadera magnitud y trascendencia, tanto en la vida espiritual y material de las personas, como en la vida económica, social y política del país






Está claro que hoy, también la religión se ha globalizado y se ha convertido en un producto muy demandado por personas de todo tipo y status. Para los promotores no se diga, se ha convertido en un medio de ascender rápidamente a través de los recursos de otros.


Creo que una de las formas de alejarse más de Dios, es a través de la religión, porque tergiversa y retuerce sus principios básicos, en función de los intereses particulares de las iglesias, sectas y sus dirigentes.-


BIBLIOGRAFÍA


1. Sagrada Biblia


2. Santa Biblia

Campaña anticipada

Columna de opinión publicada el 02-09-10 en el Trisemanario elQuetzalteco.

Recientemente, el Registro de Ciudadanos sancionó al Partido Patriota, Unidad Nacional de la Esperanza y Encuentro por Guatemala, por promocionar la imagen de algunos de sus posibles candidatos anticipadamente. Las sanciones oscilan entre US$100.00 y US$125.00 y el retiro de vallas con propaganda electoral.

Es indudable que, aunque el TSE no haya convocado a elecciones generales para 2011, varias agrupaciones políticas han venido desarrollando sutilmente su campaña con el propósito de ir aglutinando adeptos. Para nadie es un secreto que la UNE, en lugar de hacer un buen gobierno para todos los guatemaltecos, se ha dedicado a promover a su posible candidata a la Presidencia. Lo peor de todo, gran parte del gasto público se ha orientado con es propósito. Entonces, cómo no van a promocionar a sus candidatos los demás grupos. Siendo nuestro país uno de los más atrasados en materia política, no es de extrañar que esos grupos que se hacen llamar partidos políticos se aprovechen de la existencia de un estado de derecho en la ruina para hacer una campaña política adelantada. Si se violan otras leyes, por qué no habría de violarse la Ley Electoral y de Partidos Políticos en este país donde no existe certeza de que se aplique una sanción o una pena.

Con esa miseria de multas, qué politicastro no se ve en la tentación de hacer desde temprano su propaganda, si definitivamente no va a quebrar su agrupación, aún se las impongan varias veces. Siendo el monto de esas multas una de las debilidades de la Ley, debería de reformarse la misma para hacerlas más efectivas. Por ejemplo, una reforma donde se le agreguen tres ceros de tal manera que las multas anteriores se conviertan en: US$100,000.00 y US$125,000.00 y si persistiere la violación a la Ley, prohibir su participación a la persona que se promueve, y si no entienden llegar hasta la cancelación de la agrupación política. Esto está un poco difícil, porque quienes podrían reformar la ley son quienes la violan. Como están las cosas, dentro de poco –como dijera K. Marx-, seremos convocados para elegir a nuestros nuevos verdugos.